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Iridología El sistema circulatorio, pilar fundamental de la fisiología humana, abarca tanto la red vascular como la linfática, cada una con roles distintos pero interconectados en el mantenimiento de la homeostasis. Desde la perspectiva de la iridología, ciertas zonas del iris reflejan el estado de la circulación sistémica, siendo la sexta zona (o “anillo”) un indicador crítico de la eficiencia microcirculatoria.
Iridología El iris se divide anatómicamente en zonas concéntricas, cada una correlacionada con diferentes sistemas corporales. La sexta zona, denominada “anillo de sodio”, se manifiesta como un anillo completo o parcial de color blanco o grisáceo. Este signo característico sugiere una microcirculación deficiente, posiblemente debido a rigidez vascular, estrés oxidativo o desequilibrios metabólicos.
Mientras el sistema circulatorio transporta oxígeno y nutrientes, el sistema linfático gestiona la inmunidad y el equilibrio de fluidos. Su disfunción puede agravar problemas circulatorios, exacerbando síntomas como edema localizado o inflamación crónica. Cabe destacar que el estancamiento linfático suele coexistir con la insuficiencia venosa, subrayando la necesidad de un enfoque diagnóstico integrado.
Un anillo de sodio en el iris señala alteraciones microcirculatorias sistémicas, frecuentemente asociadas a:
Aspecto | Sistema Circulatorio | Sistema Linfático |
---|---|---|
Función Principal | Transporte de oxígeno/nutrientes por vasos sanguíneos | Soporte inmunológico, drenaje de fluidos |
Indicador en el Iris | Anillo de sodio (zona 6) | No se visualiza directamente en el iris |
Síntomas Clave | Manos/pies fríos, mareos, hipertensión | Hinchazón, infecciones recurrentes |
Riesgos Patológicos | Aterosclerosis, accidente cerebrovascular | Linfedema, inflamación crónica |
La sexta zona del iris actúa como un espejo no invasivo de la salud circulatoria, donde el anillo de sodio funge como centinela de disfunciones subyacentes. Combinar la iridología con diagnósticos convencionales permite intervenciones tempranas, mitigando potencialmente el avance hacia enfermedades cardiovasculares o linfáticas graves. Futuras investigaciones deberían explorar vínculos entre los signos iridológicos y biomarcadores moleculares.